martes, 27 de agosto de 2013

Aunque me haga la tonta
parece que toca poner los pies en el suelo
Aunque me distraiga y disimule
no me engaño
acojona
pero es el momento
para decirte por fin ese adiós vetusto
para crecer
y descubrir de qué va toda esa alaraca
Ahora que lloro
y grito
y me enfurezco
y la violencia y la emoción
de cualquier clase
me dominan
Ahora
hay más equilibrio que nunca
en mí
Quizás me puedan los pinchazos
y las náuseas
y las madres
y las ocupaciones
y la gente en general
―que para qué negarlo
me suele resultar molesta―
pero mira
por una vez pienso:
lo mismo no,
igual merece la pena

sábado, 1 de junio de 2013

Me refugio bajo el humo
para aprovechar su sombra
Tantos días sin sol
y cómo pega
Tu ausencia y mi soledad
se confunden a la vista
Me cuido de resbalar
y me arrepiento
Si hay vida o no
si corto rosas o margaritas
si la distancia se crea
donde menos falta hace
o si brotan posibilidades
inesperadas...
¡Qué más da!
Nudos
terrones
capullos
rocío
Telaraña con parches:
unas veces lágrimas
otras armonía
Olor a tierra mojada
mientras me dices que no

miércoles, 1 de mayo de 2013


En tiempos oscuros
mi garganta se cierra
y tu música me ahoga
coágulo de lágrimas
emociones enquistadas
podridas, purulentas
Pero la escucho
insistente, masoquista
porque es tuya
para mí, tú me la mostraste
y es bella
aceradamente hermosa

viernes, 26 de abril de 2013


Este año, al estrenar el abril trigésimo segundo de mi vida, he recibido un regalo de valor incalculable.
Un regalo que son dos y que, por inesperado, me tiene todavía barruntando consecuencias.
Dos regalos que cumplen deseos antiguos y oxidados ya de tanto posponerlos.
Dos regalos que me tienen atónita, inexperta, exploradora, que me han puesto en espera al otro lado del punto de mira; me han hecho voyeur y hortelana y un poco negligente también.
Dos regalos que me han tomado de la mano, suavemente, y con gentileza me están acompañando para que deje de perderme ―niña inconstante y despistada―; que me intentan conducir hacia el camino luminoso por el que crees que discurro.
Dos regalos que no han conseguido todavía ―tiempo al tiempo, nunca se sabe― apagar esa sed, pero que en días alternos me embriagan para olvidarla.  
Este año, al estrenar el abril trigésimo segundo de mi vida, se me ha regalado la paz y la belleza.

sábado, 16 de febrero de 2013


Todo se rompe
Nada es eterno
Es la maldición de la condición humana
Aunque sé que ese maleficio es el que hace que todo tenga sentido,
como la muerte hace que la vida adquiera valor,
no puedo evitar la tristeza,
esa infinita nostalgia que me inunda y me detiene
me arrastra y me envuelve
me ahoga
Nada sería especial
si fuera inmutable eternamente
Lo sé
Y aun así...
Si sólo por un breve instante
pudiera creer,
de corazón,
que el amor de verdad no se estropeará nunca
Si por un momento fugaz
pudiera recobrar la fe
en la pureza
en la inocencia
Desechar la corrosión del tiempo
de la ecuación
Y vibrar
relucir
danzar
en la intensidad
de las posibilidades
sin recordar que
hasta la más bella y prometedora de ellas
es caduca

sábado, 26 de enero de 2013


Cambios
que os aproximáis a mi puerta,
sed bienvenidos.
Entrad hasta el dormitorio
y revolved a gusto mis papeles.
Dad la vuelta
al colchón de mi mundo.
Airead mis trapos sucios.
Tended al sol mis miedos.
Por mi parte,
ya he hecho limpieza general.
Os esperaba desde hace tiempo
aseada y dispuesta
para la mudanza.
Sabed que sólo merece la pena
conservar mi corazón y mis libros.

lunes, 21 de enero de 2013


Dices que soy tu aventurera,
pero yo sólo navego en los charcos
diminutos y embarrados de rutina.
No estaría mal encontrar a alguien
que entienda el hambre,
la avidez atrapada en mi garganta.
Compartir orquestas,
violines,
el vello erizado,
carcajadas,
locuras e intensidad
antes de que ya no sea cierto
que todavía queda tiempo.