Tanto miedo y tanto preocuparse
Tanto intentar no tener miedo
no enfermar
no herirse
no morir
Podría decir que no me importa morir
y no es del todo cierto
pues me gusta vivir
De lo que no podría ufanarme jamás
es de no temer a la muerte
¡Ah! ¡Qué trucos urdo para engañarme
y pensarme inmune a su amenaza!
No temo mi muerte, no,
no demasiado, al menos
Pero pánico tengo a vuestro fin,
terror a nuestra decrepitud
Mejor será que lo acepte de una vez:
lo inmortal no se ama
lo muerto no se aja
Así que habré de lidiar con tu
fragilidad,
amor mío,
me guste o no,
pues sin ella, ¿quién serías?