Qué agridulce esperar que tengas un futuro
y saber que no será inocente
Qué triste intuir hacia dónde se dirige
y tener la certeza de que dolerá
Qué paradójico desear para ti la felicidad
pero también la lucidez
Qué ejercicio tan inmenso
de desapego
no intentar
en vano
protegerte
de la vida