Necesito tanto alimentarme de verdad
y de belleza como vomitar los excedentes en un flujo inagotable de lágrimas y
palabras.
Necesito reflejar corazones luminosos
con los que no me sienta avergonzada si accidentalmente me desnudo o tropiezo.
Necesito estar a solas largas horas.
Y largas horas también en compañía, hablando.
Necesito gran cantidad de abrazos,
sinceros y largos. Abrazos fuertes que permanezcan inalterables cuando me
revuelvo furiosa a morder las manos que me sostienen.
Necesito calma. Y alegría. Música. Y
todas las palabras escritas y por escribir.
Tengo muchas necesidades, lo sé, y
algunas contradictorias. Con los años incluso voy generando nuevas
peculiaridades. Pero más grande aún que mi necesidad es mi capacidad de dar, de
entregarme, de amar. Recuérdalo, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario