viernes, 2 de marzo de 2018


Me llaman el cielo y la tierra
a filas
No saben
mi herencia
de cinismo e inocencia
en imposible simbiosis

Una voz:
«Gemirás de placer»

Una orden:
«Trabajarás la tierra»

Conectadas, inexplicablemente

Y yo, ambivalente, zigzagueo
Escurridiza,
me escaqueo y desobedezco

¡Ay de mí!
Olvidé que no sé nadar
Aunque pronto aprenderé
cómo el barro se disuelve en el agua


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