Me llaman el cielo y la tierra
a filas
No saben
mi herencia
de cinismo e inocencia
en imposible simbiosis
Una voz:
«Gemirás de placer»
Una orden:
«Trabajarás la tierra»
Conectadas, inexplicablemente
Y yo, ambivalente, zigzagueo
Escurridiza,
me escaqueo y desobedezco
¡Ay de mí!
Olvidé que no sé nadar
Aunque pronto aprenderé
cómo el barro se disuelve en el agua
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