martes, 27 de abril de 2010

Especialmente en abril Joan Manuel Serrat
Especialmente en abril se echa a la calle la vida. Cicatrizan las heridas y al corazón, como al sol, se le alegra la mirada y se abre paso entre las nubes. Al paisaje se le suben los colores a la cara. Y apetece ir donde cubre a nadar contra corriente. En abril especialmente –en Buenos Aires, octubre –. Se ruega al señor «fulano de tal» –dice la voz de la conciencia malherida– que haga el favor de personarse urgentemente en la salida. Que el día más insospechado y de cualquier manera, en el lugar más imprevisto se puede aparecer la primavera. Especialmente en abril la razón se indisciplina y como una serpentina se enmaraña por ahí. Van buscando los rincones, sofocadas, las parejas. Hacen planes y se dejan llevar por las emociones. Sin atender, imprudentes, el consejo de Neruda: «que las nieves son más crudas en abril, especialmente». Se ruega al señor «fulano de tal» –dice la voz de la conciencia malherida– que haga el favor de personarse urgentemente en la salida. Que el día más insospechado y de cualquier manera, en el lugar más imprevisto se puede aparecer la primavera. Especialmente en abril...
Precisamente en abril, la persona que unos dieciséis años después se convertiría en mí conoció por primera vez a su padre. Cuando volvió a casa, escuchó esta canción y lloró. Ella pensaba que sus lágrimas eran de felicidad. Yo creo que eran de dolor.

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